Seis meses antes de las elecciones presidenciales de 2022 me senté con un amigo abogado elucubrando sobre qué iba a suceder en nuestro país bajo la incertidumbre de dos candidatos fuera de foco y sin mucho optimismo frente a quienes se disputaban el poder en ese momento.
El legista me contaba que un empresario venezolano apenas supo que Gustavo Petro era candidato presidencial decidió irse de Colombia. Él antes había huido del régimen chavista – que acabó con la empresa privada- y vino a nuestro país porque veía un lugar “seguro” para salvaguardar su compañía. Sin embargo, apenas vio que se asomaba el cambio se llevó su empresa para Panamá huyendo, por segunda ocasión, de esa enfermedad llamada socialismo.
El amigo abogado contó que este empresario le abrió sus ojos al vaticinar lo que desafortunadamente hoy -15 meses después de llegar Petro al poder- estamos viviendo: “Ustedes no han querido ver lo que pasó en Venezuela porque están distraídos en su día tras día”, inició así su narrativa y prosiguió indicando que “ese fue el error que cometimos nosotros en Venezuela. ¡Despierten!”.
El empresario venezolano señaló que hay cinco temas macro que no están viendo en Colombia pero que marcan el inicio del chavismo en el país:
1. Incremento de la inseguridad
2. Indultos a delincuentes
3. Reforma agraria fuerte
4. Reforma constitucional
5. Intervención de la tasa de cambio
De estos cinco puntos, tres andan campantes en el país -en mayor o menor grado- pero también muestran una radiografía de los desatinos que estamos viviendo: subsidios a delincuentes; 81 masacres en lo corrido del año; pasos a expropiaciones; economía contrayéndose; kakistocracia en embajadas -en todo el gobierno y más en el Ministerio de la Igualdad- y una generación adrede de caos y crisis explícitas para acabar con la salud de los colombianos porque lo único que les interesa es el manejo de los 84 billones de pesos del sector. Ya que son tan “creativos” cambiando nombres a los ministerios deberían ponerle Ministerio del Financiamiento de la Salud.
Hablan de prevención y, los equipos anunciados con bombos y platillos en Aracataca se quedaron en eso, solo anuncios y ningún resultado. No han traído el primer vial contra la viruela del mono y están por vencerse un jurgo de vacunas bivalentes contra covid-19 del cual no tienen ni siquiera un plan de acción.
Parafraseando al empresario, vamos camino a convertirnos en Venezuela o, mejor dicho, en la patria boba histórica donde no se vislumbra un norte sino un camino directo al abismo. No olvidemos que Petro, en su casa de Zipaquirá, recibió al deportado Hugo Chávez y se tomó fotos en el extinto Monumento a Los Héroes de Bogotá en la calle 80. A quienes no quieren ver las señales evidentes les cae el adagio no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Actualmente están en el Pacto Histórico desesperados por la falta de gestión. En Santa Marta (Magdalena), por ejemplo, incitan discursos populistas donde aseguran que las EPS tienen bastante dinero y que estos recursos los van a utilizar para darle a las madres gestantes dos millones de pesos durante los tres meses de licencia de maternidad. Están desenfocados, tal cual, como los videos de Alfonso Prada durante la campaña petrista.
La inacción de este gobierno los ha llevado a dar pataleos de ahogado con reuniones con empresarios- en primera instancia- para tratar de salvar algo que les permita mejorar esa desaprobación de la ciudadanía que ya supera el 62 por ciento. La reunión con el presidente Uribe dará algunas señales pero el optimismo es bajo porque la radicalización de Petro ha dejado ver su incoherencia entre lo que dice y lo que hace.
Lo que el país debe ponerse a pensar y a reflexionar es empezar a ver quiénes serán los presidenciables para 2026 y cuáles serán sus planes para reconstruir la nación porque, en la memoria histórica presidencial del período 2022-2026, es claro que nada bueno se ha construido y, por el contrario, ha sido el más nefasto de la República.