
La violencia en la región del Catatumbo continúa agudizándose. El número de desplazados ha alcanzado las 32.000 personas, mientras que el saldo de muertos supera los 80, entre civiles, firmantes del Acuerdo de Paz del año 2016 e integrantes de las guerrillas.
El complejo panorama persiste por la confrontación entre el grupo criminal ELN y las disidencias de las Farc, lo que ha generado un clima de terror y desplazamiento forzoso principalmente en comunidades rurales.
En medio de esta grave crisis, el Ejército Nacional ha incrementado sus acciones en la región, realizando labores humanitarias. Ocho miembros más de la disidencia del Frente 33 de las Farc se entregaron ante los uniformados en zona rural de Tibú, Norte de Santander. La entrega fue posible gracias a la intervención de la Aviación, que permitió trasladarlos a Cúcuta.
Entre quienes depusieron las armas están dos menores de edad y fueron entregados al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para asegurar su bienestar y restablecer sus derechos.

Además de las entregas, en otra acción humanitaria seis personas, entre ellas una mujer embarazada, fueron rescatadas de una comunidad indígena en Tibú, que se encontraba confinada debido a la violencia de los grupos armados.
El Ejército Nacional destaca que sus esfuerzos de seguridad, con la presencia de Fuerzas Especiales en la región, han sido importantes para crear las condiciones necesarias para que los combatientes de los grupos armados se entreguen a las autoridades.
En el reporte del día anterior se informó de la entrega de otros 16 integrantes de las exFarc.