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Remberto Burgos Remberto Burgos de la Espriella Adolescencia

Creciendo en la adolescencia

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Fuera del útero materno el cerebro del niño pesa 350 gramos. Al finalizar el segundo año alcanza 900 gramos y cuando cumple 10 años ya tiene 1500 gramos. Se explica este crecimiento por la proliferación de sus conexiones con dendritas, la aparición de nuevas células gliales como los oligodendrocitos y la mielinización de sus axones. Los oligodendrocitos intervienen en la mielinización y los astrocitos en la transmisión genética. La mielinización de sus axones es determinante en la capacidad de aprendizaje.

El cerebro es una gran red que se organiza en áreas con propiedades estructurales y funcionales muy diferentes. Cien mil millones de neuronas es su estructura.

La comunicación en el cerebro debe ser ágil y rápida. Los oligodendrocitos son los encargados de la mielinización: cubre los axones con una vaina de mielina que aumenta la transmisión de los impulsos nerviosos. Posibilita la conexión saltatoria y las conexiones se hacen más eficientes con el paso del tiempo. Durante la infancia las capacidades de nuevas conexiones sinápticas se multiplican tanto que superan a las adultas.

Estas nuevas conexiones son de carácter excitatorio y al igual que la mielinización dan la capacidad de aprendizaje. Se conocen como asambleas sinápticas y ocupan una extensión grande del cerebro con dos características: sincrónicas y selectivas entre las células indicadas. La conectividad de las neuronas contribuye al arqueo de aprendizaje de los niños y que es aumentado por la mielinización de sus axones. La velocidad de sus conexiones se mejora con precisión en el procesamiento de la información.

Vale la pena anotar la función de las interneuronas: son neuronas inhibitorias y utilizan GABA como neurotransmisor. Las excitatorias las conocemos como piramidales y proyectan sus axones hacia afuera. Puede hacer conexión con las interneuronas y de esta forma el impulso no se continúa.

En la infancia predomina la acción de las piramidales y en la adolescencia media son las interneuronas las que regulan el camino.

En la adolescencia hay una consolidación de las comunicaciones entre las neuronas: mayor intensidad y refuerzo. Un típico ejemplo son las conexiones entre el lóbulo temporal y la amígdala lo cual da una relevancia especial a las interpretaciones emocionales. Las conexiones mielínicas maduran durante la adolescencia y permiten una mejor especialización regional. Podemos afirmar que los cambios en la adolescencia permiten que el cerebro vaya refinando sus capacidades para integrar y seleccionar mejor sus patrones de actividad.

En Colombia existen 14 millones en el grupo adolescencial. Cerca de cien niños nacieron hijos de adolescentes. Solo el 55 % puede estudiar y 350 mil muchachos deben trabajar para el sustento de su familia. No es una radiografía social muy alentadora lo que configura estos datos. La desnutrición se enquista en los adolescentes: uno de cada 10 tiene hambre: 36 % en indígenas y 15,7 % los que viven en áreas rurales. ¿Cómo se forman las asambleas sinápticas de estos colombianos? Desigualdad, informalidad y desempleo son sus causas.

Sus problemas son múltiples: exclusión, falta de oportunidades, extensión de la pobreza, abuso sexual. Son además víctimas de la violencia o protagonistas de ella. Lo triste: su expectativa de vida es menor y especialmente cuando se compara con los muchachos de América Latina.

Hablamos de conducción saltatoria y de interneuronas. Tocamos mielinización y sincronía en los mensajes, ¿cómo se aprende cuando se pertenece al grupo de desnutrición crónica? No hay neuronas para asimilar este mensaje. Cerca de 24.000 niños se vieron afectados por el conflicto armado y 3.884 por el acceso carnal violento. Produce temblor: 12.000 niños no pudieron estudiar por causa de la violencia, no hay acceso a la instrucción para estos colombianos.

Nuestro cerebro experimenta desde que nacemos cambios constantes. En la vida adulta estos modestos trueques poco impactan. Qué diferente la adolescencia: son muy marcados y dependen de la biología y del entorno. Las alteraciones genéticas influyen en nuestra biología, pero en la maduración cerebral la influencia del entorno es determinante. Un medio hostil como el nuestro, derrumba la ductilidad. Es quizá una de las características esenciales del cerebro.

Diptongo: El año pasado hubo 426 asesinatos de personas entre 0 y 17 años.