Colombia no sale del asombro por una tragedia donde las víctimas son menores, para entrar en otro. El país estaba conmocionado por el asesinato de Sofía Delgado de 12 años de edad, después de ser secuestrada por un vecino en Candelaria, Valle del Cauca, cuando se enteró del abuso sexual, homicidio y posterior entierro, sin el consentimiento de la familia, del pequeño Alexis Delgado de solo 2 años y 8 meses en San Cayetano, departamento de Cundinamarca, al parecer, por la pareja de una tía que lo tenía a su cuidado; pero no se entendía bien qué había pasado en esos casos cuando otro suceso genera repudio en el país.
Un niño (4) y una niña (7) fueron asesinados en Bogotá, un hecho que se complementa en lo trágico porque el responsable, presuntamente, es el padre de los niños. Este dantesco suceso ocurrió en la carrera 69B #75-86, barrio Las Ferias de la localidad de Engativá. Al parecer, fue una discusión con la madre de los menores lo que desencadenó en la actuación del homicida. El caso está en plena investigación.
La comunidad intentó linchar al padre de los niños a quien señalan como autor del doble infanticidio y la Policía llegó a tiempo para detenerlo.
Pero más allá de los detalles violentos de estos hechos, el tema de análisis es ¿qué está pasando con la sociedad? ¿Quién puede proteger a los niños? Es un tema complejo, porque precisamente los casos de maltrato y abuso, en gran dimensión estadística, están relacionados con personas cercanas. Los hechos recientes son una pequeña muestra de ello.
Las cifras…
En los primeros 8 meses del 2024 fueron asesinados 375 menores de edad en todo el país, de acuerdo a cifras de Medicina Legal. Pese a lo triste del número, son 18 menos que en le mismo período del año anterior. Pero no importa el dato, sino el problema. Además de la cifra hay un elemento perturbador, la crueldad con la que se están cometiendo los hechos.
Para ilustrar más la triste realidad hay números que dejan perplejos, 24 de los homicidios fueron contra bebés entre los 0 y 4 años, y otros 15 contra niños entre 5 y 9 años.
Sumado a la extrema gravedad que significa quitar la vida, hay otros datos de los cuales evidentemente hay subregistro, el de la violencia interpersonal. Según la información oficial, entre enero y agosto hubo 5.256 casos reportado, 437 menos que en el mismo lapso de 2023. Lo doloroso es que faltan muchos por contar.
Se trata de un asunto grave que requiere la atención institucional, pero antes que la responsabilidad estatal está la de todos, pese a las dificultades que ello implica, porque en los entornos familiares es donde se pueden anticipar muchos casos. Es un problema que pasa por maldad, salud mental y otra serie de factores que los expertos pueden comprender mejor, pero igual, cada caso tiene su particularidad que muchas veces ni se puede descifrar.