En Colombia, el código de infancia y adolescencia establece que los padres o madres que no hayan obtenido la custodia de sus hijos después de un proceso de separación deben cumplir con la obligación de aportar una cuota alimentaria. Esta cuota incluye gastos relacionados con alimentación, educación, salud, vestuario y otras necesidades del menor o los menores.
Aunque no existe una cuota mínima mensual establecida, se presume que el padre o madre responsable de pagarla deberá tener ingresos equivalentes al menos a un salario mínimo legal mensual vigente (1 SMLMV 2024), según la normativa colombiana. Es importante destacar que la cuantía puede ser ajustada si el juzgado de familia considera que los padres tienen la capacidad de aportar más.
Cada año, al inicio del mismo, se debe aplicar un incremento a la cuota alimentaria, de acuerdo con lo pactado en el acta de conciliación o la orden de la autoridad que fijó la cuota alimentaria. Este aumento se realizará siguiendo el aumento del salario mínimo o el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del año anterior (2023).
Jimmy Jimenez, fundador del bufete de abogados Integrity Legal, especializado en casos de familia, señaló que "si en el acta que determinó la cuota para los hijos se estableció que esta se incrementará acorde al salario mínimo, el aumento será del 12,07%. Por el contrario, si se estableció el incremento acorde al IPC, el aumento será del 9,28%".
Es fundamental recordar que la cantidad determinada para la cuota alimentaria debe considerar diversos factores, como los ingresos y bienes de los padres, la edad de los hijos y los gastos asociados al cuidado de los menores. La justicia colombiana busca garantizar un aporte equitativo y proporcional de acuerdo con las circunstancias específicas de cada familia.
