
Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, declaró que el racionamiento de agua en la ciudad podría finalizar entre los meses de abril y mayo de 2025, siempre y cuando se cumplan las proyecciones climáticas y se avance en las obras de infraestructura previstas. Según el mandatario, estas acciones permitirán aumentar los niveles del embalse de Chingaza y mejorar las condiciones para la región.
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá reportó que, hasta el 23 de enero de 2025, el consumo de agua en la capital y municipios cercanos fue de 13,39 metros cúbicos por segundo. Esta demanda ha llevado a que el embalse de Chingaza, principal fuente hídrica de la región, registre un nivel preocupante del 43,39%.
Durante las primeras semanas de enero, los niveles del sistema Chingaza continuaron disminuyendo, pasando de 46,4 % al inicio del mes a 43,6 % el 22 de enero. Estos registros están muy por debajo de los observados en noviembre de 2024, cuando el embalse superaba el 5 %, lo que ha generado preocupación.
Galán destacó que, aunque los niveles de Chingaza siguen en descenso, la situación ha mejorado gracias a la reducción en la extracción de agua. Durante 2024, se extraían más de un millón de metros cúbicos diarios del embalse, pero actualmente esta cifra ha disminuido a 600.000 metros cúbicos. Según el alcalde, esto ha sido posible por la aceleración de proyectos clave, como la planta que trata el agua del río Bogotá. "Esto nos permite estar mejor preparados", afirmó.
Las autoridades confían en que la temporada de lluvias, proyectada para los meses de marzo y abril, será fundamental para superar la crisis hídrica. Según el Ministerio de Ambiente, se espera que las lluvias incrementen los niveles de los embalses, lo que permitiría estabilizar el suministro y poner fin al racionamiento.
Además, se destacó la modernización de la planta Tibitoc, que desempeñará un papel esencial en garantizar el abastecimiento de agua en la región. Natasha Avendaño, gerente del Acueducto de Bogotá, explicó que esta planta tendrá la capacidad de procesar hasta 12 metros cúbicos por segundo en momentos de alta demanda, reduciendo la presión sobre el sistema Chingaza y fortaleciendo el suministro para la ciudad y municipios vecinos.